La primera reunión organizativa del curso con la Inspección se centró, entre otras cosas, en el análisis en torno a la posibilidad legal de que los centros educativos asuman la decisión de reducir el currículo para afrontar con una estrategia preventiva los diferentes escenarios que planteaba la nueva situación educativa desencadenada por el COVID-19.
Se nos invitaba a buscar estrategias para afrontar la crisis educativa provocada por la pandemia, en un entorno seguro, desde diferentes vertientes. Una de ellas era adaptar el proceso de enseñanza, al menos, a los aprendizajes imprescindibles que construyan la mejor base para el crecimiento personal de todo el alumnado y a partir de ahí generar entornos educativos, ricos y motivadores que satisfagan la atención a la diversidad.
Pero,¿quién tiene la llave para una nueva organización curricular que atienda a la mayor disrupción que está sufriendo la educación, desde la concepción de la misma como derecho fundamental y servicio público?
La competencia del Gobierno ha sido delegada en las Comunidades autónomas y los centros educativos para definir una nueva organización curricular que recaerá finalmente en los claustros del profesorado.
Y aquí estamos nosotros.
Antes de empezar a ponernos en marcha en este curso, lo primero que debemos tener claro es la concreción de esos APRENDIZAJES IMPRESCINDIBLES. Ese será nuestro trabajo. Cuando lo terminemos lo subiremos en la carpeta que tiene nuestro nombre en la pestaña RECURSOS.
Para comentar esta entrada os propongo que contestéis a esta pregunta:
¿Tiene algo que ver el fracaso de nuestro sistema educativo con nuestro currículo?
Para las maestras de infantil:
¿Es necesario concretar también el currículo de infantil? ¿Por qué?