El golpe de Estado encabezado por la mayor parte de la oficialidad militar, y apoyado por los sectores más conservadores del país, supuso el inicio de una cruenta guerra que dejó tras de sí alrededor de medio millón de muertos, y más de 450.000 exiliados.

Muerte de un miliciano de Robert Capa (5 de septiembre de 1936)

Todos los conflictos latentes en el país (la lucha de clases, el problema religioso, las resistencias a la democratización de las instituciones) confluyeron en lo que entonces se denominó la Guerra Española.

Por otra parte, las implicaciones internacionales fueron muy intensas. Cabe destacar el papel jugado por la Italia de Mussolini y la Alemania de Hitler, ambas aliadas del ejército liderado por Franco. La República, por su parte, encontró el apoyo de las Brigadas Internacionales, de la URSS y México,  así como la neutralidad del resto de potencias occidentales.

El impacto de la guerra fue tremendo, como también lo fue la sangrienta represión desarrollada especialmente por las nuevas autoridades franquistas. El caso de Andalucía resultó paradigmático en el conjunto del país. Como ejemplo podemos recordar el triste capítulo de la Desbandá  en febrero de 1937.