La guitarra y la orquesta: una relación posible Históricamente, la guitarra ha tenido una relación desigual con las formaciones orquestales y de conjunto. De forma tradicional, se ha tratado a este instrumento como solista e individualista casi en exclusiva. En otras épocas como el Barroco, los instrumentos de cuerda pulsada tenían cabida en conjuntos de considerable tamaño, aportando ciertos matices armónico-tímbricos que hoy en día no tienen lugar por evolución natural del repertorio, la literatura y los instrumentos musicales en sí. Por un lado, existen obras en las que la guitarra forma parte del tutti orquestal, en otras ocasiones son las guitarras las que constituyen el grueso del conjunto en formación de Orquesta de Guitarras, dando cabida a continuación a colaboradores de otras familias instrumentales como viento o cuerda frotada. Finalmente también tenemos que hacer una clarísima alusión al repertorio en el que la guitarra es solista, tanto de forma puntual en una sección o fragmento de una obra (como una Ópera o Sinfonía) como de forma concertística, en la que la orquesta acompaña. En este ultimo caso, los Conciertos para Guitarra y Orquesta se consideran repertorio imprescindible dentro del currículo de las Enseñanzas Superiores de Música de Guitarra Clásica, abarcando en concreto la formación de los alumnos/as en los dos últimos años. La interpretación de la parte orquestal se realiza con reducción pianística, correspondiendo al profesor/a responsable de la materia dicho acometido.