La puesta en práctica de este programa es en general muy positiva. Por su parte el alumnado se implica de forma emocional y racional en la resolución de problemas/conflictos en el aula, y posteriormente son capaces de extrapolar esta labor a su día a día, siendo más reflexivos, coherentes y empáticos entre ellos, teniendo en cuenta las caracterísiticas socioemocionales de la edad en la que se encuentran. Se ha podido ver una evolución del tratamiento de los problemas desde el princicpio del curso hasta ahora, siendo muy positiva la forma en la que se afrontan los conflictos.
Por otra parte, desde el punto de vista docente, ha sido un trabajo muy enriquecedor ver cómo el alumnado va mejorando en su día a día en la resolución de conflictos admeás de valorar el interés que muestran, siendo este una motivación más. No obstante, ha sido un poco complicado encontrar las horas para poder llevar a cabo el trabajo, el cual se ha podido conseguir por la implicación tanto del profesorado implicado en el programa, y a su vez gracias a la colaboración del resto del claustro.