Grupos de trabajo
El aprendizaje cooperativo es una de las estrategias metodológicas que se proponen en la nueva ley educativa, la LOMCE. Como tantos aspectos innovadores de los que se habla hoy en día en pedagogía, la relevancia del aprendizaje cooperativo tiene algo más de 20 años. Además, ya estaba entre las recomendaciones metodológicas de las leyes educativas anteriores, como la LOE o la LOGSE. Efectivamente, fueron las investigaciones de Johnson & Johnson en el comienzo de los años 90, las que pusieron de manifiesto el aprendizaje cooperativo y su relevancia. En realidad estudiaron diferentes formas de agrupamiento para ver cuál podía ser más eficaz. Una de las formas era el aprendizaje competitivo, en el que los estudiantes compiten entre sí para lograr los resultados previstos. En esta forma de aprendizaje, cuando se lleva a cabo en grupos, se considera que uno consigue el objetivo si y solo si los demás no lo logran. La segunda forma que investigaron fue el aprendizaje individual. Cada uno debe preocuparse por conseguir solo los propios objetivos, al margen de lo que hagan los demás. Por último, en la situación de aprendizaje cooperativo el grupo tiene que trabajar conjuntamente porque se logran los objetivos si, y solo si, cada miembro del equipo consigue los suyos. Las investigaciones descubrieron que el aprendizaje cooperativo, sin competición entre los grupos era el que mejor rendimiento obtenía. Esto no implica que el aprendizaje cooperativo sea la única forma de agrupamiento que se proponga e. Ya que será necesario que los alumnos aprendan otras formas de aprendizaje: individual y también competitivas. Los beneficios del aprendizaje cooperativo Estudios sobre el aprendizaje cooperativo ponen de manifiesto que esta forma de agrupamiento tiene otros beneficios: ¿Desarrolla habilidades interpersonales y de trabajo en equipo. ¿Fomenta la responsabilidad personal, la flexibilidad y la autoestima. ¿Favorece la integración de alumnos con dificultades.