Las sesiones de aprendizaje cooperativo me han parecido muy interesantes y he conseguido aprender mucho con ellas. Dicho esto, el llevar la teoría a la práctica no me ha resultado tan sencillo. Como dificultad principal me he encontrado con el hecho de no conocer en profundidad a mi grupo-clase y su causística. Es fundamental que el profesor conozca en profundidad a sus alumnos para que así pueda formar grupos de aprendizaje idóneos para que este sea efectivo y gratificante para todas las partes. Además, no en todos los grupos funciona este tipo de aprendizaje, ya que no todos los alumnos lo reciben con el mismo entusiasmo.
Como ejemplo de este tipo de aprendizaje y como puesta en práctica, hemos trabajado la sintaxis en cooperativo, en grupos de 3 donde un alumno dominaba mejor la materia y explicaba al resto las dudas. Siempre con la supervisión del profesor. A pesar de llevarlo a cabo con un grupo cohesionado nos encontramos con la dificultad de que algunos alumnos no entendían las explicaciones o se quejaban de que el compañero llevaba a cabo su tarea sin ayudar al resto.
Otro ejemplo lo hicimos con los grupos de 4ºESO. En esta ocasión escogimos la literatura. En grupos de 4, los alumnos contaban con una batería de preguntas y el material necesario para buscar las respuestas, muchas de ellas de deducción y comprensión de lo que estaban leyendo. Entre todos debían buscar las respuestas y llegar a un cuorum, aunque después eran contestadas de manera individual en el cuaderno. La experiencia no fue mal, pero también nos encontramos con la dificultad de que había grupos que trabajaban mejor que otros.
En este tercer trimestre intentaremos volver a llevar a la práctica más actividades cooperativas, ya que no nos atrevemos aun a que toda nuestra metodología se base en el trabajo cooperativo, ya que creemos mejor ir poco a poco.