En mi caso estoy tutorizando a dos alumnos. Uno de ellos es alumno mío y se caracteriza por protagonizar actitudes disruptivas en clase, no traer la tarea e imponer su criterio con agresividad verbal y física; tras firmar el contrato de tutorización y tener reuniones cada dos semanas, su comportamiento ha mejorado notablemente y varios de mis compañeros/as lo han anotado en la hoja de seguimiento. Como premio por esta mejoría le he puesto un parte positivo y si continúa así podrá elegir donde y con quién sentarse en la clase.

El segundo de los casos que estoy llevando, es un alumno al que no le doy clases, estaba registrado como presunto alumno acosado, tras tener varias entrevistas con él y con varios de sus profesores, decidimos no firmar el contrato ya que el presunto acoso había remitido y el alumno más bien se caracterizaba por su escaso trabajo, faltas de atención en clase y llamadas de atención. Pero a mediados del mes de marzo, el alumno me solicita en el pasillo volver a retomar las reuniones ya que sus calificaciones y su comportamiento ha empeorado y además no encuentra apoyo de su tutora porque está de baja. Por todo esto decido retomar su caso, firmamos el contrato y le hice entrega de la ficha de seguimiento, que analizaremos la semana que viene entre los dos.