El hábito que crea esta forma de trabajar favorece la rutina, como se ha podido comprobar en las sesiones prácticas trasladadas a las aulas con el alumnado se trabajan todos los bloques de contenidos de lengua y las áreas transversales con los textos adaptados. Así cada día de la semana se dedica, a partir de la lectura, a complementar el aprendizaje de vocabulario con el uso del diccionario, preparar preguntas,  hacer conexiones con su vida cotidiana, separar ideas principales de secundarias y por último realizar una redacción teniendo en cuenta todo lo aprendido durante la semana. Mi experiencia en el aula es positiva ya que favorece el estudio de todas las áreas y proporciona seguridad a los alumnos/as que conocen en todo momento su tarea y se sienten contentos con esta manera de trabajar.