Formación en centros

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Pretendemos desarrollar un itinerario de autoformación en torno a la Programación y Evaluación de las Competencias Clave, como elemento aglutinador, en el que el centro y las aulas sean el ámbito ordinario para el aprendizaje y el intercambio de prácticas educativas y el desarrollo de las actividades de formación permanente del profesorado. Incorporaremos los principios de colaboración, de trabajo en equipo y de coordinación entre los docentes; relaciones de confianza, apoyo mutuo, autoevaluación y aprendizaje profesional compartido. Supone la comprensión de la actividad profesional docente como responsabilidad colectiva, colaboración espontánea y participación voluntaria en las diferentes acciones formativas que conforman el itinerario. Confianza en nuestra capacidad para dirigir nuestro propio aprendizaje, estructurar nuestras experiencias y construir nuestras teorías en y sobre la práctica. Por tanto, las actividades que vamos a realizar en la formación en centro se basarán en el aprendizaje entre iguales: los ponentes serán, preferentemente, compañeros y compañeras, miembros del claustro, dispuestos a compartir sus conocimientos y su práctica estratégica y/o metodológica. No obstante, solicitaremos al CEP de Lebrija la bibliografía, los materiales y el asesoramiento externo necesario para alcanzar nuestros objetivos.

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EXAMEN AL BILINGÜISMO

Aprender inglés o aprender en inglés: debate abierto

Aunque la mayoría de los docentes que imparten en estos centros se muestran a favor de la enseñanza bilingüe, apuntan a que la puesta en marcha de este sistema en la época de la crisis y de los recortes ha supuesto una ralentización y ciertos problemas de coordinación

ALBERTO CABELLO / SEVILLA / 22 FEB 2017 (TEXTO ADAPTADO)

En España, los programas bilingües se estructuran como currículos escolares complementarios que tienen como objetivo reforzar el conocimiento de una lengua extranjera (fundamentalmente el inglés y en menor medida el francés y el alemán), a través de la enseñanza de áreas de conocimiento distintas de las lingüísticas (Geografía e Historia, Ciencias Sociales, Matemáticas...).

¿Aprender inglés o aprender en inglés? El debate está abierto. «La mayoría de los profesionales con experiencia en este campo compartimos que el simple hecho de aumentar las horas dedicadas al inglés o el decidir impartir determinada materia en inglés, aun siendo iniciativas plausibles, no garantizan per se la mejora en el aprendizaje. En esto, como en casi todo, es tan o más importante poner el acento en cómo se llevan a cabo estas iniciativas que en la cantidad de tiempo dedicado a ellas», escriben Vicent Roig Estruch y Pilar Pérez Esteve en su estudio Estudiar y aprender inglés en Educación Infantil y Primaria.

Impartir algunas asignaturas del currículum en un segundo idioma se ha ido generalizando en Andalucía desde hace algo más de una década. «Son más los pros que los contras, como así lo manifiestan muchísimos estudios. Ahora bien, implantar el bilingüismo requiere medios, inversión y formación del profesorado, cosa que con los recortes que nos han impuesto desde todas las administraciones ha hecho que la puesta en marcha haya sido ciertamente deficiente en Andalucía», sostiene Antonio, profesor de un centro bilingüe de la provincia de Cádiz.

Los expertos señalan que la educación bilingüe consigue una mayor competencia lingüística de los alumnos, también que activa redes del cerebro, que abre la mirada y un canal de comunicación muy importante. Proporciona beneficios profesionales, en un futuro mejorará su posibilidad de encontrar un buen empleo;  cognitivos, se ha demostrado que tienen mayor habilidad comunicativa y flexibilidad mental; y culturales, gozan de una visión del mundo más amplia.

La enseñanza de una materia no puede servir de excusa para el aprendizaje de un idioma, resaltan aquellos que recelan del bilingüismo. Es la materia en sí lo verdaderamente importante y no podemos empecinarnos en querer aprender vocabulario en inglés por encima de otras competencias fundamentales. Se quejan de que el profesorado no puede aprender por ciencia infusa las competencias necesarias para enseñar en profundidad su materia en un idioma que en realidad le es ajeno. Uno de los principales aspectos en contra que presentan actualmente el bilingüismo es que en las clases confluyen pequeños con distintos niveles en el idioma extranjero que se aprende, ya sea el inglés o el francés, por ejemplo. Así, al estar reunidos en las aulas por edades y no por su dominio de la citada lengua, se crea un absoluto desnivel que provoca que los más avanzados ralenticen su aprendizaje y que los que dominan menos la misma presenten serias dificultades para seguir el ritmo.

Otro punto destacado en este debate es si este método del bilingüismo es beneficioso o no para los alumnos con problemas de aprendizaje, los expertos apuntan a que «es importante que el niño domine su lengua materna; si no es así, le costará mucho más aprender un segundo idioma y no manejará bien ninguno de los dos». Es por ello que no parece demasiado recomendable el bilingüismo para los niños con problemas de aprendizaje, especialmente dislexia y con retrasos del lenguaje.

¿El programa de enseñanza bilingüe mejora, de forma significativa, el aprendizaje de otro idioma? ¿Es pretencioso -y algo engañoso- denominarlo bilingüe, cuando, realmente, consiste en que algunas materias, en algunos momentos, se imparten en otro idioma? ¿Es eso, realmente, el bilingüismo? ¿La existencia del programa bilingüe pone de manifiesto la desconfianza de las administraciones hacia los docentes que imparten idiomas en los centros escolares? ¿No resulta empobrecido el aprendizaje de las materias que parcialmente se enseñan en otro idioma, es decir, los alumnos adquieren conocimientos apropiados en Historia, Matemáticas, Física o Biología? ¿El bilingüismo es un factor de segregación social entre unos y otros centros y, en muchos casos, dentro de los propios centros? ¿Por qué no se ha realizado, hasta la fecha, ninguna evaluación rigurosa e independiente sobre la implantación del programa bilingüe en Andalucía?

Comentarios
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María Irene Velázquez Ahumada
En mi opinión, el problema es denominar al programa bilingüe como tal, ya que la forma en que dicho programa se está implementando en Andalucía, impartición parcial de algunas materias no lingüísticas en lengua extranjera, conduce a un reforzamiento de dicha lengua (lo cual me parece muy positivo), pero no implica que el alumnado logre aprender contenidos en L2. A esta forma de trabajar deberíamos llamarla Inmersión Lingüística y no bilingüismo.
Por otra parte, creo que lo que más beneficia a alumnos con n.e.e y problemas de aprendizaje es trabajar y reforzar su lengua materna de manera que mejore su competencia lingüística y les permita desarrollar otros conocimientos.
Un bilingüismo real sería aquel en el que los alumnos tuvieran un nivel de competencia en L2 tal que les permitiera aprender en dicha lengua; circunstancia que hoy en día no se da en nuestras aulas.
Publicado el día 11/01/18 10:53.
Antonio Jesús López Gallardo
Como profesor bilingüe inglés, coincido plenamente con la opinión de Irene y añado lo siguiente.
En mi corta experiencia he percibido dos cosas. Por una parte, personalmente me cuesta mucho impartir la clase totalmente en inglés. Me he formado en el idioma, siempre por mi cuenta, y no considero que tenga un nivel bajo, pero sí es cierto que según qué contenidos (en Biología y Geología) cuesta bastante trabajarlos en inglés. Por otra parte, también he notado que cuando llevamos hablando más de 5 minutos en inglés, muchos alumnos y alumnas quedan relegados al no entender correctamente lo que se trabaja. Por tanto, imagino (y espero aprender a lo largo de los años) que la clave está en saber encontrar un equilibrio adecuado en el uso de las dos lenguas para conseguir los objetivos que se pretenden en este tipo de enseñanza.
En mi opinión, trabajar los contenidos de mi materia en L2 aporta una capa más de complejidad a un ya de por sí heterogéneo grupo de alumnos y alumnas por lo que nos exige mucho más trabajo a los docentes. Por ahora, encontrar ese equilibrio del que hablaba anteriormente lo considero un reto profesional. Espero seguir pensando lo mismo con el tiempo emoticon
¡Un abrazo!
Publicado el día 11/01/18 16:35.
Juan Manuel Manuel Rego Cortes
Realmente es un dilema. Aprender inglés o estudiar en Inglés. El objetivo es aprender inglés, no estudiar en inglés, que no se conoce y que se está aprendiendo. Creo que lo segundo dificulta la adquisición de conocimientos en esas otras materias estudiadas en un idioma que no se conoce. Pero algo hay que hacer para superar las enormes dificultades que en general estamos teniendo para hablar esa lengua. Quizás una inmersión cultural de intercambio durante un verano o dos en Gran Bretaña pudiera ayudar en la práctica de una lengua. Compromiso de la Junta.
Publicado el día 11/01/18 19:08.
Elena González Guerrero
Es cierto que en los últimos tiempos ha habido una serie de críticas en los medios de comunicación y en las redes sociales al programa denominado bilingüe, en la mayoría de los casos, sin base científica alguna y sin conocimiento de la realidad y del objetivo del programa. El programa bilingüe en Andalucía, en su origen, no fue diseñado como un programa de inmersión, como por ejemplo existe en algunos centros privados de nuestra comunidad y en países como Alemania. Un sistema bilingüe de inmersión no puede estar dirigido a todo el alumnado, sino que es un programa elitista, donde se da por sentado que el alumnado goza de un estupendo nivel competencial en la L2, es respaldado por un continuo apoyo familiar y la atención a la diversidad brilla por su ausencia, por innecesaria. Éste nunca fue el objetivo del programa bilingüe en Andalucía. Tampoco lo es ahora, y la prueba palpable es el hecho de que está dirigido a todo el alumnado, siendo la idea que el centro que ya es bilingüe debe pasar todas las líneas a este programa, y el que se hace nuevo, lo hace en su totalidad.

Dicho esto, y si me centro en nuestro instituto, veo que cuando se comparan los resultados (los de todas las materias y la promoción, no sólo los de inglés), estos no son peores ahora, que el centro cuenta con mucho más alumnado bilingüe, que antes. Sinceramente, creo que el desaliento o desánimo que podemos sentir en nuestras clases al ver que el alumnado no responde como nos gustaría, es el que sentiríamos de todos modos, y que sucede tanto en las materias que se imparten en inglés, como en las que se imparten en castellano. Por circunstancias, veo cómo los alumnos en los centros bilingües de primaria (y en los no bilingües también) son capaces de hacer cosas que parecen olvidar de por vida cuando ponen los pies en el instituto . . . Y ahí habría mucho que pensar . . .

¿Críticas al programa? Claro que las tengo. Para empezar, el porcentaje de inglés establecido en teoría en los últimos tiempos no encaja con las necesidades de un programa que no es de inmersión, en el que se debería trabajar con el alumnado en los dos idiomas (el materno y el extranjero). Tampoco es de justicia que se pretenda conseguir el éxito esperado cuando la administración no dota a los centros de la carga horaria que sería necesaria para llevar a buen término la necesaria coordinación entre el profesorado. Además, considero una falta de previsión importante el hecho de que, después de tantos años, no se cuente con el número necesario de docentes cualificados, y que, vistas las necesidades, el B2 del MCER no sea requisito para acceder al cuerpo.

En cualquier caso, no está en mi ánimo recrearme en los aspectos negativos que no está en nuestra mano cambiar, ni tampoco utilizarlos como excusa para no avanzar cada día, aprender y alimentar nuestra ilusión por enseñar.

Aquí dejo el enlace a un vídeo que me parece bastante interesante. Aunque es en inglés, ya sabéis que se pueden activar los subtítulos en español:
https://www.youtube.com/watch?time_continue=2&v=MMmOLN5zBLY
Publicado el día 29/01/18 16:21.
Juan Manuel Manuel Rego Cortes
Todos los esfuerzos son pocos para conseguir el objetivo de una competencia lingüística desarrollada. No obstante, las nuevas tecnologías de la comunicación van avanzando vertiginosamente en este sentido, habría que tenerlas en cuenta.
Publicado el día 15/05/18 11:41 en respuesta a María Irene Velázquez Ahumada.
Juan Manuel Manuel Rego Cortes
Superar la fatiga derivada del esfuerzo que supone escuchar entendiendo el idioma extranjero es un problema. Pienso que más que insistir en conseguir cierto acento podríamos centrarnos en una perfecta vocalización, ya que esa claridad ciertamente disminuye la fatiga pro el esfuerzo.
Publicado el día 15/05/18 11:44 en respuesta a Antonio Jesús López Gallardo.
Juan Manuel Manuel Rego Cortes
Gracias por los subtítulos. El programa bilingüe ha llegado para quedarse. Es causa de todos avanzar en este sentido y adquirir muevan competencias en L2 para poder ofrecer más a los alumnos. Estoy seguro que mejorando nuestra capacidad de enseñar en L2 mejoraran los resultados aún más.
Publicado el día 15/05/18 11:48 en respuesta a Elena González Guerrero.

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