La casa de la familía Rosales (en la calle Tablas, esquina Angulo) y el antiguo edificio del Gobierno Civil en la calle Duquesa (hoy parte de la Facultad de Derecho) son, sin duda dos de los puntos "fuertes" de la ruta lorquiana que estamos construyendo. De ambos se pueden contar infinidad de historias y detalles, además de ser lugares con una fuerte carga emocional dada su importancia en los últimos días de la vida del poeta.
Y, hablando de poesía, creo que sería bueno iniciar un diálogo sobre la calidad de la poesía del gran amigo de Lorca, Luis Rosales, demasiado poco conocida y hasta menospreciada, incluso, por susvinculaciones políticas. Alguien capaz de escribir algo de tanta sensibilidad como esto:
Autobiografía
Como el náufrago metódico que contase las olas que le bastan para morir;
y las contase, y las volviese a contar, para evitar errores,
hasta la última,
hasta aquella que tiene la estatura de un niño y le cubre la frente,
así he vivido yo con una vaga prudencia de caballo de cartón en el baño,
sabiendo que jamás me he equivocado en nada,
sino en las cosas que yo más quería.