Blog Blog

Atrás

EFECTIVIDAD DESDE LA AFECTIVIDAD

Quisiera hacer mi aportación a este Blog del PLC, tocando un tema que nos "toca" a todos: Expresarnos y aprender a hacerlo desde la Afectividad y las Emociones.

Es indudable que la afectividad en la adquisición de lenguas y los demás ámbitos académicos tiene una grandísima importancia. Esto, de ningún modo, quiere decir que la cognitividad de los aprendices se deje en un segundo plano. Precisamente ocurre que, por darle especial importancia al currículum y la adquisición de contenidos, dejamos a veces de lado ese componente afectivo que tanto nos influye. Se entiende por lo afectivo un amplio dominio que comprende los sentimientos, las emociones, las creencias, las posturas y que condiciona de una manera muy significativa nuestra conducta. Según Jane Arnold, " el reto de gestionar lo afectivo en nuestras aulas tal vez podría a veces parecer algo complejo, pero no tiene por qué ser así y merece mucho la pena tener en cuenta la dimensión afectiva porque su influencia en el aprendizaje es indudable... En otras palabras, el éxito en el aprendizaje depende de lo afectivo. Los factores afectivos son tan importantes para el aprendizaje de una lengua porque pueden facilitar u obstaculizar los procesos cognitivos necesarios para aprender. Sabemos que si el alumno se siente motivado e interesado y tiene confianza en sus capacidades, todo es más fácil. Por el contrario, si el estudiante siente miedo o ansiedad, nos enfrentaremos a muchos obstáculos". Dicha relación directa y necesaria a tener en cuenta entre afectividad y aprendizaje de lenguas, se aborda desde muchos contextos de peso tales como las Competencias Clave, el Marco Común de referencia Europeo o el Instituto Cervantes por ejemplo. Asimismo, los métodos humanísticos de los años 70 y las Teorías de Krashen con su enfoque de la enseñanza centrada en el alumno, apuntan también hacia la necesidad de atender aspectos afectivos en el aula. Además, hoy en día contamos con una base científica importante centrada en la investigación neurocientífica, la cual ha demostrado que lo cognitivo y lo afectivo son elementos inseparables en nuestro cerebro y que un entorno afectivo positivo favorece mucho el desarrollo cognitivo del aprendizaje. Antonio Damasio, prestigioso neurocientífico de origen portugués y ganador del Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en el año 2005, ha enfatizado el papel esencial de las emociones y los sentimientos en los procesos cognitivos, algo que viene bien tener en cuenta en nuestras aulas. Todo ello adquiere aún más relevancia con el énfasis que hoy se pone en la enseñanza comunicativa de lenguas. Evidentemente, la principal función del lenguaje es la comunicación, y en las últimas décadas la idea de la competencia comunicativa ha tenido gran influencia en el campo de la enseñanza. En el aprendizaje en el aula la comunicación se convierte al mismo tiempo en el fin y en el instrumento para llegar a dicho fin, pero para que el alumnado participe activamente en esa imprescindible interacción en el aula, necesita tener lo que según Peter Maclntyre y su equipo de la Universidad de Canadá llamó Willingness to Communicate, es decir, disposición a comunicarse. Ni que decir tiene que, todos esos elementos que pueden proporcionar la mencionada y necesaria disposición a la comunicación, están muy relacionados de manera muy directa con lo afectivo.

Por todo ello, se hace indispensable trabajar desde habilidades tales como: el refuerzo positivo, control de las emociones, saber ponerse en lugar de los demás o el fomento de una actitud positiva ante el mundo y las cosas, prevenir  y modificar las conductas violentas y los conflictos interpersonales. La dimensión afectiva toca todos los aspectos de nuestra existencia, y de una manera muy directa, lo que pasa en clase dentro del entorno educativo. Según palabra de Stevick (1980), el éxito depende menos de las cosas que de las personas. Así, lo que ocurre tanto en nuestro interior con factores individuales tales como la ansiedad, la inhibición, la auto-estima, la auto-eficiencia, los estilos o ritmos de aprendizaje o la motivación, unido a todo lo que concierne a los procesos interculturales y las interacciones en el aula donde hay que tener en cuenta las posturas del profesor y el establecimiento de un clima de clase adecuado, hacen que sea de suma importancia un sano y correcto tratamiento de la afectividad y la educación emocional como herramienta para alcanzar un aprendizaje efectivo.

 

Comentarios
No hay ningún comentario aún. Sea usted el primero.