Bienvenido a la RED FORMATIVA de AUTOEVALUACIÓN Y MEJORA

Bienvenidos y bienvenidas a esta comunidad de colaboración que ha creado la Consejería de Educación como plataforma de intercambio de experiencias y conocimientos entre el profesorado que desarrolla actividades autoformativas sobre autoevaluación y mejora. Es de gran utilidad como espacio de encuentro que favorece el intercambio y la conexión en red. La evaluación debe concebirse como un elemento clave del cambio en los centros educativos como herramienta de diagnóstico que impulse procesos cíclicos de mejora continua. El Decreto 93/2013 considera al centro educativo el ámbito por excelencia de la formación del profesorado, dado que constituye la unidad de cambio, mejora e innovación educativa, estableciéndose como objetivos para tal fin, desde el III Plan Andaluz de Formación Permanente del Profesorado, la incorporación de la cultura de evaluación como elemento imprescindible en los centros y el impulso de procesos de formación encaminados a la mejora continua basados en la evaluación de las prácticas educativas.

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¿A qué puede deberse el incremento del TDAH?

 

La proporción de niños y personas adultas con TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad) se ha incrementado en los últimos años. ¿Por qué? Y lo que es más importante, ¿cómo afecta al entorno socioeducativo y familiar?

Aunque hay algunos investigadores que atribuyen tal incremento al uso desigual de las guías utilizadas a la hora de diagnosticar el TDAH, tal razón por sí misma resulta insuficiente. Como serio argumento para decir esto está que el TDAH se aborda desde distintas perspectivas (médica, clínica, socioeducativa, etc.,).

Por ello, derivado del abordaje diverso del TDAH, se han esgrimido como factores potenciales de influencia en su diagnóstico los siguientes:

1. Los distintos instrumentos y criterios clínicos usados, habitualmente en un solo contexto, como por ejemplo, el centro educativo, frente a la opinión de otros autores que juzgan imprescindible realizar el diagnóstico también en otros entornos.

2. La presencia del TDAH con otros trastornos de conducta, requiriendo esto la adaptación específica por parte de la familia, escuela, etc., a las necesidades especiales de la persona con TDAH.

3. La presión que ciertas compañías farmacéuticas llevan a cabo para la búsqueda de nuevos casos, al depender de ello la prescripción de fármacos como el metilfenidato para el TDAH.

Vinculado con el primer factor arriba referido, el del uso de diferentes instrumentos y criterios, hay que destacar que existe una notable discrepancia entre padres y/o entre éstos y los docentes acerca de la frecuencia e intensidad de los síntomas característicos del TDAH. Esto, sin duda, torna el diagnóstico de este trastorno algo incierto. Por eso, en un intento de reducir esto cabe instruir a las familias, y al profesorado, en el manejo de algunas escalas de observación de la conducta de sus hijos y alumnos, así como en ciertas intervenciones socioeducativas que se han mostrado eficaces, al constatar que las mismas ayudan en las tareas cotidianas que se realizan con ellos.

Respecto al segundo factor, la aparición del TDAH con otros trastornos, es oportuno señalar que la permisividad educativa en que hoy nos movemos no debe abocar en un diagnóstico erróneo, por el que acabe confundiéndose el TDAH con la manifestación de otras conductas agresivas, desafiantes, etc., englobables en otros trastornos. Se hace necesario, por tanto, realizar un buen diagnóstico diferencial, esto es, uno que de forma clara evite confundir el TDAH con otra cosa.

En cuanto al tercer factor, en pro del bienestar superior del niño, debería procurarse prescribir fármacos sólo cuando tal cosa sea estrictamente necesaria a juicio del médico que lo trate. Es por ello crucial que éste se gane la confianza de los padres, que busque su complicidad, al ser muchos de ellos reacios a administrar fármacos a sus hijos. Por otro lado, hay evidencia clínica que sustenta que la combinación de fármacos con la terapia conductual podría repercutir en que algunos niños tomaran dosis menores de los medicamentos prescritos, ignorándose sin embargo en qué proporción los efectos beneficiosos se deben a la terapia y cuáles a los fármacos.

Como hemos constatado, no cabe explicar el incremento actual del TDAH por un solo factor, sino por un cúmulo de ellos, entre los que figuran: la enorme disparidad en el uso de criterios, instrumentos y escalas de juicio clínico; la falta de una perspectiva evolutiva que atienda a las diferencias presentes en los síntomas, fundamentalmente investigados en personas adultas; y la prescripción de fármacos a veces indebida. Trabajar en solucionar estas cuestiones, ayudará a realizar un mejor abordaje y tratamiento del TDAH.

El artículo completo puede encontrarse en la Revista Psicología Educativa:

Balbuena, F. (2016). La elevada prevalencia del TDAH: posibles causas y repercusiones socioeducativas. Psicología Educativa 22, 81-85.

¿Qué es el trastorno de déficit de atención e hiperactividad o TDAH? ¿Cómo ayudar a un niño con déficit de atención? ¿Cómo se detecta el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad? ¿Cuáles son los síntomas de un niño hiperactivo? ¿Se pueden confundir los síntomas del TDAH con el comportamiento de un niño inquieto, activo o movido? ¿Qué podemos y/o debemos hacer? 

 

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